En Iquitos, ciudad amazónica donde el calor es insufrible y la pasión es inevitable, un stepfather, aquel pariente que se convierte en padre sin llegar a serlo biológicamente, ha descubierto su verdadera vocación: masturbarse con las bolas de pelota de su hija. ¡Imagina el shock cuando descubres que tu propio stepfather está jugando solitario con tus juguetes favoritos!
La imagen habla por sí sola: un hombre se yergue en una cama, rodeado de seda y oscuridad, sosteniendo entre sus dedos la esfera de cristal que le pertenece a su hija. La postura indica relajación y placer, como si el stepfather estuviera disfrutando de un momento de intimidad con sí mismo, rodeado de la sensualidad que emana de aquella pelota. ¡Y no es difícil entender por qué! La textura suave del cristal, la rotundidad perfecta de las bolas, el tacto cálido y vivo de aquello que podría ser el sexo femenino… El stepfather ha descubierto un nuevo juego, una nueva forma de experimentar la excitación, y no podemos evitar sentirnos atraídos por su inocente pasión.
¿Qué hay detrás de este comportamiento? ¿Es simple fantasía o algo más profundo? ¿Acaso nuestro stepfather ha desarrollado una especie de fetichismo por la pelota, asociando aquella textura y forma con el placer sexual? O quizá simplemente se siente atraído por su hija, no solo como pariente, sino también como objeto de deseo. ¡Sea lo que sea, es evidente que en Iquitos, el calor no es el único que se vive! Nuestro stepfather ha encontrado la forma de mantener caliente sus noches y hacer que su corazón late con fuerza. ¡Y esto es solo el principio!
