En el corazón de la ciudad incaica de Cusco, hay una historia que nos transporta a un mundo de pasiones y deseos insatisfechos. La protagonista, una hermosa mujer cusqueña, se siente atrapada en un matrimonio sin sexo apasionado ni romance. Su marido la ignora, como si ella no existiera, y su única satisfacción es el recuerdo de sus primeras relaciones sexuales con otro hombre.
Decide que ha llegado la hora de buscar la satisfacción sexual que tanto anhelaba y se lanza a una aventura sin precedentes. En busca de un encuentro caliente y apasionado, se dirige a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad: el barrio de San Blas, conocido por sus rincones oscuros y sus historias de amor prohibido.
Allí conoce a un hombre que tiene la misma sed de sexo apasionado. Sin mediar palabra, se besan apasionadamente en la calle, bajo el brillo de las estrellas. La mujer no puede resistir la tentación del sexo oral y comienza a chupar la verga de su nuevo amante con pasión y deseo. Él, a su vez, la toca con su pene, haciendo que sus gemidos se mezclen con los gritos de placer.
La aventura sexual continúa en un lugar íntimo y oscuro, donde el ruido de la ciudad no puede apagar el fuego que crece entre ellos. Se follarán sin parar, hasta que su cuerpo no pueda soportar más el estrés del sexo. La mujer se convierte en una perra insaciable, dispuesta a hacer cualquier cosa para satisfacer sus necesidades sexuales.
Al día siguiente, regresará a su hogar con la sensación de haber vivido una experiencia intensa y liberadora, lista para enfrentar el futuro con un corazón renovado y un deseo sexual insatisfecho. Porque en Cusco, el sexo es vida, y la aventura sexual es lo que hace latir fuerte el corazón de esta hermosa mujer cusqueña.